Hola de nuevo India, no paro de hablar de ti desde que me fui, has marcado un antes y un después en muchas vidas y una de ellas es la mía. Quiero decirte que eres preciosa, con tus colores amarillos y rojos bailando al son de las flautas mientras se mueven las serpientes imnotizadas por aquella melodía. Eres mágica por toda la gente que vive a tu alrededor, los valores que tienen la generosidad y hospitalidad a pesar de ser nosotros unos intrusos entre vuestros mercados llenos de seda y tuctus.
De la gente, de tu gente quiero hablarte, de ese tesoro que tienes, de todas esas sonrisas que arrebatas, de esas infancias y vidas que no surgen... porque eres un lugar en el que si "naces pobre, mueres pobre" y eso para la gente que viene a visitarte no encaja e intentamos cambiar algo que vemos injusto pero que para las personas que lo viven, es algo normal, un día más en sus vidas porque no conocen otra.
Hablando de las sonrisas creo que tienes mucha suerte, porque a pesar de todo tu gente sonríe, sonríe de verdad, esas sonrisas las he visto pocas veces en el sitio de donde vengo. Sonrisas sinceras, completas y llenas de gratitud a cambio de... a cambio de un gesto una mirada o otra sonrisa tímida, porque esa es tu esencia, dar todo sin tener prácticamente nada y eso lo he podido vivir muy de cerca con unos niños preciosos que aunque fueron solo 3 días me pareció una eternidad porque veía que el sufrimiento no acababa. Digo eternidad, pero también digo efímero, rápido, que se me escapa de las manos y por muy fuerte que agarrara te me escurrías igual, se me escurrían las miradas, esos ojos negros, esas mejillas marcadas... ¿para qué? Para hacerte más fea, perdona pero con esa sonrisa nada te queda feo en esa preciosa cara, en esas ganas de ser niño, esas ganas de jugar... bueno de aprender a jugar porque en la India, en ti, no existen niños que tienen el juego innato, no tienen ese cariño, ese afecto o esa mirada de seguridad para saber que todo va a estar bien, eso tan fundamental que nosotros damos por echo pero que en realidad nos deberíamos sentir como unos privilegiados, porque es un derecho pero en ti nadie lo cumple, nadie lo respeta y a nadie le importa el no hacerlo.
Sigo hablando de tu gente y sobretodo me centraré en esos niños que, como ya he dicho antes, tienen de todo menos ese significado, porque siendo tan pequeños tienen una responsabilidad que ninguno de los adultos puede llegar a tener, ¿cómo puedes permitir que anden descalzos y que ya no sientan nada en la planta de los pies porque están llenas de heridas y rasguños que hacen que se vuelvan insensibles cuando dan un paso? Eso es un paso y otro paso, pero lo peor de estos pasos es que siempre llevan al mismo sitio, ladrillos. Nunca llegaría a pensar que los cimientos de nuestra casa, estuviera hechos a base de arrebatarle a ti la tuya, de arrebatarte tu intimidad, tu espacio para vivir, tu infancia, pero ¿sabes lo que no te han arrebatado? Tu sonrisa, tus sonrisas, eso es lo único que me llevo de ti, la capacidad que tienes de poder dibujar ese gesto con la mayor sinceridad y ternura del mundo.
Me voy despidiendo de ti, pero solo en este texto, porque pienso volver, volver a olerte, a saborearte a bailar, a ponerme tus "saree" y tu punto rojo que te caracteriza. A disfrutar pero sobretodo a seguir aprendiendo de ti. Gracias por formar parte de mí.
Hasta la vista.
O como dirias tú phir milengue.
Comments