-¿Qué tal hijo? ¿Cómo es todo? ¿Estás bien?
-Hola mamá, llegamos ayer, un poco duro, muy impactante, pero bien. Por aquí todo muy bonito, y los niños, no te imaginas los niños, como corren, como juegan, y como se ríen, sobre todo eso, como se ríen mamá. Cuando dibujan una sonrisa en su cara no sabes si le están dando las gracias a la vida, o riéndose de ella, como diciéndola “Vienes a mi, llena de miseria, esperando que me venga abajo y te encuentras con mi sonrisa, te he ganado vida”. Si yo supiera sonreír así, no volvería a sentirme un desagradecido nunca más, si yo supiera sonreír así, ningún problema podría conmigo. Me gustaría saber qué pensarían todos estos niños de lo que yo llamo problemas, seguramente se reirían, pero esta vez no de la vida, esta vez de mí. Siento que llevo 20 años jugando a hacerme mayor y han tenido que venir hoy unos niños a dadme una lección de madurez.
-¿Hoy que tal hijo? ¿Cómo están los niños? ¿Te está gustando?
- Hola Papi, todo bien, hoy algo más duro, pero bien. No sé qué ha pasado, parece que alguien ha pintado de gris lo que ayer era de colores, pero no, no son los colores los que han cambiado, han sido los ojos que los miran. Hoy igual que ayer he visto llegar el autobús, lleno de sonrisas, pero como ya te he dicho mis ojos han cambiado, y no es que vean distinto, es que ahora ven más, hoy no solo han visto al autobús llegar, también lo han visto irse, y como tirando de una cuerda según se iba, se ha caído el telón, y detrás estaba la pobreza, la de verdad, no la maquillada con sonrisas de no tan inocentes niños.
Joder con la pobreza, siempre me habían hablado de ella y yo, tonto de mí, creía que sabía lo que era. La pobreza es vivir en la nada, apartado, la pobreza es que te aparten la mirada. La pobreza no son niños felices a pesar de todo, la pobreza es desnutrición y niños jugando a que son felices. La pobreza es literalmente gris, la pobreza huele mal, la pobreza es la injusticia menos justificable de todas, la pobreza no la justifica ni la casualidad.
Ya ha pasado algo más de un mes desde que viví todo esto, y da vértigo pararse a pensar todo lo que he aprendido, muchas cosas y en muchos aspectos de mi vida. En este momento de mi vida, me quedo una: Busca, disfruta buscando, olvídate de encontrar y encontrarás, y una vez hayas encontrado, que nadie te vea, mimetízate y párate a observar, disfruta observando, olvídate de aprender y aprenderás.
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